Crítica Black Desert (The Road is Open)
Black Desert sorprendieron al mundo del Metal el 2013, con su álbum debut “The Beginning”, y tal fue su repercusión, que el mismísimo Sander Gommans (fundador y guitarrista de los tristemente extintos After Forever), se interesó por ellos y les ha producido este nuevo trabajo; “The Road is Open”, a finales de 2015, que supone un salto de calidad notable en el sonido de la banda y, probablemente, en su futura trayectoria.
La peculiaridad de sus composiciones radica en la mezcla del Heavy Metal con influencias de ritmos árabes y una sección de cuerda que se presta a melodías desérticas y oscuras. Este segundo disco supone un paso importante hacia la consolidación popular de la banda, y está recibiendo muy buenas críticas por parte de la prensa especializada y además, el público en general (que es, en definitiva, quién más importa).
Se trata de un álbum compuesto por 8 temas, que cuentan con la potente y personal voz de Isabel Bermejo, acompañada por una instrumentación adecuada y competente.
Un segundo disco es una prueba difícil en la que un grupo, debe consolidarse. Muchas bandas se han encallado en el segundo trabajo, dónde hay que demostrar que la inspiración del debut no fue solamente fruto del azar. En esta ocasión, y después de un par de cambios en la banda, creo que este álbum es más maduro a nivel compositivo y podría tener, incluso, más repercusión que el primero; y eso que su debut discográfico se agotó, vendiéndose en los cinco continentes.
El primer álbum se compuso y arregló entre dos, mientras que en este segundo trabajo ha habido una implicación de toda la banda; una banda asentada, que refuerza mucho el sonido final y le da mayor compenetración a la propuesta.
En “The Road is Open” se pueden encontrar pasajes muy melódicos, pero también una base rítmica agresiva y pesada por momentos. Por lo general, los estribillos son más melódicos que las estrofas; y en éstas, en ocasiones, no he podido evitar encontrar en la voz ciertas similitudes de escala armónica con grupos como Portishead (pero claro está, con un timbre y énfasis completamente distinto y dándole su propia personalidad).
Añadiéndole a esto también algo de Dark, nos encontramos ante un Metal de influencias oscuras con voz femenina original en su género, y sumamente recomendable si buscáis algo distinto pero que no experimente en exceso y se salga de los entandares asumibles. Estamos ante un trabajo de buen gusto, de resultado notable, con empaque, y con un sonido que si bien podría mejorarse un poco (principalmente en las guitarras), se deja disfrutar y cumple sobradamente su objetivo.
Black Desert consiguen envolvernos y transportarnos hacia su propia y peculiar atmósfera, guiados por una vocalista femenina de calidad sobresaliente y con un elenco de músicos instrumentistas que dan ampliamente vida a tan singular propuesta. En definitiva, un disco que recomendaría tener para cualquier buena colección de Metal que se precie.